Asar al horno y asar a la parrilla son esencialmente la misma técnica: consiste en la aplicación de calor intenso y directo a la carne, por un lado a la vez. En la parrilla, el calor está debajo de la carne; al asar al horno, el calor viene de arriba. La carne para asar debe ser tierna, bastante delgada y no demasiado espesa, ya que se cocina rápidamente. Los cortes de cordero que son buenas opciones para asar incluyen chuletas, rodajas de solomillo, y costillas.
Para asar correctamente los cortes de cordero segureño es importante usar la temperatura correcta. La distancia a la que se coloca el cordero de la fuente de calor es un factor importante para determinar esto, al igual que cuando el cordero se asa a la parrilla. La temperatura se ajusta cambiando la distancia entre la carne y la fuente de calor.
Los cortes de cordero segureño más delgados se pueden colocar más cerca de la fuente de calor que los cortes más gruesos, ya que el corte más grueso requerirá más tiempo para ser cocinado. Si el corte más grueso está demasiado cerca de la fuente de calor, la superficie se carbonizará antes de que el interior se cocine en el grado correcto.
Colocar cortes más gruesos más lejos de la fuente de calor permite que la carne se cocine a fondo sin quemar la superficie. El objetivo es producir cordero segureño con una superficie marrón crujiente y un interior jugoso y tierno.
Manteniendo estas condiciones, tanto cocinando al horno como a la parrilla conseguirás una carne de cordero segureño tierna, jugosa y muy sabrosa. Todo un lujo para los paladares más exigentes.